Simon Buddle explica cómo la tecnología puede ayudar en la calidad de la asistencia a los ancianos, y por qué KNX es la columna vertebral ideal.
La vejez se acerca sigilosamente a los más afortunados. Muchos mueren trágicamente antes de tiempo, antes de haber experimentado las alegrías y maravillas de una vida plena. Las guerras, las hambrunas o los estragos del cambio climático son la maldición de muchos. A principios de año cumplí 60 años, edad suficiente para obtener el abono Oyster60, que me permite viajar gratis en el transporte público de Londres.
La población envejece, nosotros envejecemos y pronto necesitaremos que nos cuiden. Cada viaje alrededor del sol hace que esta certeza sea cada vez más evidente. Ya me encuentro buscando palabras en la mente, sé que están ahí, flotando justo por encima de mi alcance/memoria, pero no disponibles para su uso en el momento en que las necesito.
Iluminación centrada en el ser humano
KNX, como plataforma tecnológica, tiene grandes capacidades en el ámbito residencial, aeropuertos, fábricas, MDUs, salas de planta comunales, hospitales, y la lista continúa. Encender y apagar una luz no es tan complicado. También se podría decir que el blanco sintonizable no es un problema tan complejo desde el punto de vista del control. Se trata simplemente de dos lámparas de colores diferentes cuyas señales de control están sincronizadas para encenderlas y apagarlas en las proporciones correctas. Pero la luz blanca sintonizable es mucho más compleja. Puede despertarnos y relajarnos. De hecho, se ha demostrado que la iluminación centrada en el ser humano es importante en la sanidad y en las aulas. Sin embargo, para que añada valor a nuestro mundo, requiere inteligencia detrás del ajuste del color para garantizar que se hace a la velocidad y en el momento adecuados. Ahí es donde los «controles» cobran todo su sentido.
Aplicando la tecnología KNX a la vida asistida
Durante mucho tiempo, las residencias asistidas han dependido casi exclusivamente de personal asistencial, sistemas de llamada a enfermeras y un control de acceso básico para mantener a todo el mundo seguro y bien. Pero imagínese lo que se podría hacer si se aplicara la tecnología moderna, un poco de pensamiento conjunto y KNX como columna vertebral de la infraestructura.
Esto es exactamente lo que ha sucedido en una nueva residencia que pronto abrirá sus puertas en Lancashire, Reino Unido. KNX proporciona la tecnología necesaria para controlar las luces, la calefacción, las persianas y todas las funciones habituales que asociamos a esta tecnología. Pero además hay una serie de sensores integrados que recogen datos, señalan actividades y controlan en tiempo real los sonidos, movimientos y presencia de los usuarios. A su vez, estos datos se cotejan y analizan para mejorar los algoritmos que alertan al personal de actividades inusuales. Todos los datos se agregan a un servidor de Nomos.
El sonido de los pasos es reconocido por el sistema como una actividad ordinaria, mientras que la caída de un paciente activa una alerta, el «ruido sordo» requiere la intervención inmediata del personal. ¿Dónde están las personas en cada momento? Una interfaz gráfica sitúa sus ubicaciones y muestra el funcionamiento y el estado de las puertas, así como las alfombrillas de presión que localizan a las personas en las camas. Todos los datos se agregan al servidor Nomos.
Lo que esta tecnología significa para los pacientes es un cambio radical en su atención. Han pasado de una asistencia reactiva a una proactiva. Ya no tienen que esperar a que alguien se dé cuenta de que han desaparecido y se han caído en su habitación, porque se avisa al personal al instante. Como en cualquier accidente, la rapidez de respuesta es clave para el éxito. En el caso de las personas mayores, esto se amplifica significativamente.
Se trata de un sector del mercado que utiliza una tecnología en gran medida obsoleta. KNX proporciona una columna vertebral robusta, modular y flexible que puede ajustarse a las necesidades individuales y puede actualizarse fácilmente (sin un desmantelamiento total) a medida que la tecnología avanza. Un paciente puede beneficiarse de la luz blanca ajustable, mientras que otro no la necesita. Este tipo de cambios pueden introducirse fácilmente en el sistema desde la comodidad de una consulta remota. No es necesario cambiar ninguna pieza ni realizar una costosa visita a las instalaciones.
Conclusión
Para mí hay tres cosas clave que se pueden sacar del uso de KNX en el mundo de la vivienda asistida.
1) Es fácilmente (y por lo tanto económicamente) adaptable. No todo el mundo tiene las mismas necesidades, y KNX se adapta a esto de una manera que ninguna otra plataforma puede.
2) Permite a la residencia y a los gestores de las instalaciones aprender patrones y comportamientos normales a través de la analítica, lo que a su vez mejora la atención sanitaria prestada.
3) Sitúa al ser humano en el centro del sistema de alerta, lo que aumenta enormemente la rapidez con la que las personas pueden recibir ayuda y, como resultado, les proporciona a ellos y a sus seres queridos una mayor sensación de seguridad de que están recibiendo la mejor atención posible.
Con una población que envejece, es evidente que tenemos que mejorar la aplicación de la tecnología en este sector. Aumentar el personal no es la solución, a pesar del coste colosal de esta inversión. La tecnología es la respuesta, y estamos bien situados para ofrecerla. Si tengo que vivir en otro sitio que no sea mi casa durante mi vejez, sé dónde me gustaría que fuera. Como dijo Dylan Thomas: «No te vayas suavemente a esa buena noche, sino con rabia, con rabia contra la muerte de la luz».
Simon Buddle CEng MIET, es consultor de Future Ready Homes, especialista en diseño de sistemas de servicios BMS y ELV. www.futurereadyhomes.com